viernes, 5 de septiembre de 2008

La naturalidad del club, el corsé del estudio

No es una cuestión de edad ni de experiencia, menos de esto último ya que no pasa de la decena las veces que me vi envuelto en fases de grabación, pero sí es cierto que uno se enfrenta a estos retos cada vez con diferentes aires.
Si bien en la primera grabación del 55 Johnny Cash tuvo más de treinta tomas para finiquitar su primer single (Hey Porter!), luego Sam Phillips adoptaría con él una más que inteligente estrategia de grabar en el 706 de la avenida de la Unión con todos los aires del directo, algo así como, quiero la energía de Johnny Cash y eso implica sus fallos, salidas de tono y gritos emocionados ante el micro.
Con esa mentalidad estrené mi nueva etapa en los Eclipse Estudios de Oviedo para enfrentarme a lo que será mi primera grabación como Charly "Alley" lejos de hermandades grupales, aunque retomando viejas melodías (y tomas) de una época más "despreciable" (este tema será tratado en su momento). Dani Sevillano, productor (gracias amigo!), fue claro, "haremos tres tomas, cogemos la que más te guste y a partir de ahí moldeamos"; una vez que la voz toma cuerpo (esto requiere un tiempo) la mejor toma suele ser la primera, siempre que tengas la mente en la letra (¿emoción?), y así se hizo. Incluso el dúo que grabé con el genial Pablo Moro tuvo tintes de club, evitando las grabaciones por pistas y entrando los dos en la "pecera" y cantando con el mismo micro "hombro con hombro". Gracias por el sueño, Pablo.
El resultado, como todo el proceso (insisto, del que hablaré) denota la mayor de mis virtudes musicales, que no es ni el conocimeinto, ni la técnica, créeme que no, simplemente una cuestión de honestidad.

No hay comentarios: